Pedir es una de las acciones humanas más contaminadas por mitos,
creencias sociales y estereotipos.
Es hora de hablar de esto con franqueza.
Una dificultad muy común entre las parejas es la falta de comunicación de aquellas pequeñas o grandes cosas que uno necesita para ser feliz. Expresarle a tu pareja que te gusta tanto emocionalmente como sexualmente tiene que resultar una tarea fácil de llevar a cabo sin impedimentos ni prejuicios que hagan de la comunicación y el deseo un camino dificil de encontrar.
Hoy esto vale tanto para los hombres como para las mujeres. En un mundo
que poco a poco va perdiendo la sensibilidad y desvaloriza la ternura, pedir
demostraciones de afecto suele resultar incómodo, ya que la respuesta
del otro es impredecible.
No podemos esperar que nuestra pareja nos lea el pensamiento y adivine exactamente
qué queremos y cómo lo queremos.
Y aunque fuera posible ¿por qué perder la oportunidad de
pedir lo que queremos sin prejuicios ni verguenza?.
Por suerte cada vez más hombres y mujeres se van convenciendo, de
que el placer en la vida en general y en el sexo en particular, radica en
la posibilidad de intercambiar afecto, caricias y todo tipo de contactos
físicos y emocionales.
Por eso es hora de romper el silencio, es hora de salir de la pasividad
para pasar a la acción.
Hay que quitarse los prejuicios, olvidarse de la vergüenza y pedir
lo que necesitamos.
Aprender a acceder al corazón de nuestra pareja mediante el conocimeinto
de sus gustos y de su cuerpo nos llevará a una relación más
creativa, en la que la libertad y la imaginación os hará disfrutar
al máximo.