Imagínate que tu empresa desaparece. No pudiste hacer nada para mantener la clientela.¿Cómo ocurrió esto? Es posible que hayas fallado en romper paradigmas sobre la manera en que funciona tu negocio.

Para que tu negocio funcione y crezca debes montarlo sobre un escenario, estructurarlo, y luego, desmenuzarlo, plantearte situaciones que hagan desaparecer tu negocio, inclusive la quiebra, para luego identificar sus defectos y reconstruirlo más fuerte y sano. Es cierto que lo importante para sostener una empresa es seguir algunos métodos de administración. Pero, tras conocer las reglas, llega el momento de romperlas.

Renacer
Debemos reinventar nuestro negocio cada día. Esto exige un actitud creativa extrema. Muchas empresas prósperas buscan la manera de desmantelar sus negocios para luego renacer más poderosos que nunca.

Hay muchos ejemplos de compañías, una de ellas es Microsoft, que después de 20 años de ser una de las empresas más exitosas de la historia, se detiene a mitad del camino y se reinventa. En 1995, el fundador de Microsoft, Bill Gates, se burló de que una tecnología (de la que hablaba en ese momento) no era otra cosa más que una moda relativamente inútil: el Internet. Poco tiempo después, percatándose del potencial de la Red, reorientó su empresa con el único objetivo de intentar ser los campeones de Internet. Cuando en nuestra empresa existen "cosas" que se quieren modificar, lo que debemos hacer es renovar; si no estamos dispuestos a destruir nosotros mismos nuestro negocio, tarde o temprano llegará un competidor y lo destruirá por nosotros, entonces ya será muy tarde para renacer. Destruyamos nuestros paradigmas y, sobre todo, la idea falsa de hacer todo correctamente; contratemos gente capaz de transformar lo que ya existe; gente que cuestione los métodos y procesos que actualmente usamos en nuestro negocio, busquemos en todos los procesos una forma de cambio, de mejorar lo que hacemos, y entonces, le ganaremos en innovación a la competencia, seremos siempre una empresa nueva y diferente.

Esta "destrucción" puede ser conveniente en ocasiones, pero se necesitan agallas para atreverse a reinventar los procedimientos e ideales que se tienen de un negocio. La destrucción es una forma de ser y hacer que los negocios cambien; siempre debemos ser capaces de decir: este negocio nuestro es bueno, así que vamos a "destruirlo" para que renazca con otra óptica.