El profesional es la clave en la fidelización |
Por Jesús María Fernández Acebes Que el cliente decida emocionalmente, significa que la oferta elegida ha sido la que más le ha impactado en su corazón. Impacto producido por ser la marca que es, por su presentación, por las referencias, por la experiencia positiva, por el tipo de gente que la adquiere o por la confianza que le ha hecho sentir el profesional del proveedor. Es decir, el impacto emocional que le ha hecho decidirse en la primera o segunda o tercera ocasión, puede ser, y de hecho lo es con cierta frecuencia, por aspectos que no dependen directamente del profesional. Que el cliente decida emocionalmente, significa que la oferta elegida ha sido la que más le ha impactado en su corazón. Impacto producido por ser la marca que es, por su presentación, por las referencias, por la experiencia positiva, por el tipo de gente que la adquiere o por la confianza que le ha hecho sentir el profesional del proveedor. Es decir, el impacto emocional que le ha hecho decidirse en la primera o segunda o tercera ocasión, puede ser, y de hecho lo es con cierta frecuencia, por aspectos que no dependen directamente del profesional. Pero que ese cliente llegue a ser un cliente fiel del proveedor sólo puede ser a través del profesional, de ahí que sea el único y el auténtico protagonista. El profesional es el único capaz de conseguir que el cliente llegue a sentir esa satisfacción íntima que le va a hacer percibir que el proveedor le satisface plenamente, puerta que ineludiblemente debe atravesar para llegar a la confianza, umbral de la fidelización. Hoy, las tecnologías y las técnicas existentes permiten, según qué productos y qué servicios, conectar e impactar emocionalmente con los compradores, pero crear una verdadera confianza, sólo lo puede hacer el profesional. Ahora bien, para ser creador de confianza necesita estar desarrollado
emocionalmente y esto de las emociones, todavía les suena
a muchos a cánticos celestiales. Pero es así. Un profesional,
que, por lo general, en el primer contacto con el usuario se siente
inseguro y se protege con la indiferencia, la arrogancia o la excesiva
humildad, no puede llegar a ser capaz de crear una relación
de confianza sin conocer qué son las emociones y los sentimientos. En resumen, ser el profesional el único protagonista tiene un doble significado. Por un lado, que este profesional, al tener una preparación que le permite desarrollar herramientas que le posibilitan gestionar mejor sus emociones, sabe relacionarse convenientemente con ellas y, por otro, que este profesional, al conocer sus propias emociones y las de los demás, al saber controlarse, al saber automotivarse y al saber ponerse en el lugar del otro, sabe conducir adecuadamente las relaciones. Es decir, que exista una relación cliente-proveedor para toda la vida pasa porque la empresa proveedor tenga a este profesional, lo que la exige ‘crear’ a estos profesionales, ya que no abundan. |
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