El galacho de Juslibol es un espacio de alto valor paisajístico, ecológico y cultural situado a unos 5 km., aquas arriba de Zaragoza, en la margen izquierda del Ebro, entre los barrios rurales de Alfocea, Juslibol y Monzalbarba. En el y en su entorno está escrita la dinámica natural del tramo medio del Valle del Ebro y la historia de sus pobladores.
1.- El galacho.
Palabra aragonesa que designa a un meandro abandonado por el río,
el de Juslibol se formó tras la gran inundación del Ebro
en 1961. La superficie de aguas libres dismi¬nuye año tras
año por la colmata¬ción de este antiguo cauce que es
colonizado por la vegetación: primero carrizos y aneas que, paulatinamente,
serán sustituidos por el bosque de ribera. Es el galacho más
reciente formado por el Ebro y, probablemente, el ultimo, al estar el
río regulado por presas y encauzado por obras de defensa.
2.- Los lagos.
Las extracciones de gravas para la construcción en los años
70 dejaron un conjunto de lagos situados entre el antiguo cauce del río
y el actual. Con el tiempo y el crecimiento de la vegetación han
pasado de ser espacios degradados a tener gran calidad estética.
3.-
El soto o bosque de ribera.
Árboles y otras plantas colonizan las riberas según su resistencia
a las crecidas y sus necesidades de aqua: sauces, álamos, chopos,
fresnos y olmos conviven con ar¬bustos y lianas en una autentica selva
enmarañada, refugio ex¬cepcional para la fauna.
4.- El río Ebro.
El cercano Ebro, modelador con su dinámica de este paisaje, nos
muestra su ancho cauce, la fuerza de sus aguas, sus playas e islas y sus
frondosas riberas. Las crecidas periódicas inundan todo el espacio
y, junto a las aguas subterráneas, alimentan galacho y lagos.
Ebro, galacho y lagos constituyen una zona húmeda de enorme interés que ocupa más de 100 hectáreas. Está dominada por un gran escarpe o cortado de yesos y margas en cuya parte superior se extiende una inmensa estepa que asciende suavemente hasta las alturas de la Muela del Castellar.
5.- Las huertas.
La riqueza de estas tierras y el agua del río Gallego conducida
por la red de acequias, que adivinamos por sus cortinas de cañas,
han sido aprove¬chadas tradicionalmente para culti¬var alfalfa,
hortalizas, verduras, fru¬tas y cereal. Destaca la acequia del Rabal,
que nos acompaña en el camino al Galacho.
6.- El escarpe de yesos.
Frágil, esculpido por la acción erosiva del río,
el viento, la lluvia y el hombre
(canteras y hornos de explotación tradicional de yeso, hoy abandonados)
corta el paisaje en dos unidades muy contrastadas. Con más de 40
metros de altura, desde él se dominan galacho y huertas.
7.-
La estepa.
La zona superior del escarpe es una muestra singular de la aridez de la
Depresión Media del Ebro: un ambiente seco, abierto, inmenso, lleno
de luz, con un cromatismo, unas adaptaciones vegetales y una fauna muy
distintas de las de la zona húmeda.
8.- Un lugar secularmente habitado.
El habitat tradicional en cuevas -excavadas en los yesos-, el castillo
medieval de Miranda o los restos del poblado ibero nos hablan de otras
referencias culturales que conforman la secular presencia humana en torno
a tres barrios rurales que mantienen su carácter tradicional cerca
de lo urbano.
PARA MÁS INFORMACIÓN:
Gabinete de Educación Ambiental.
C/ Casa Jiménez, 5.
TeIf. 976 72 42 41 / 976 72 42 30.
De lunes a viernes, de 8.00 a 15.00 h.
Y en la página web: www.zaragoza.es/medioambiente
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